Sobre la Escucha Activa
¿En qué consiste? Es la capacidad de poner nuestra plena y completa atención para entender y captar el mensaje que la otra persona nos quiere comunicar. Mostrando interés por lo que nos pueda decir. Esta habilidad es muy importante, ya que, si sabemos escuchar, estamos creando con los demás relaciones positivas donde nuestros interlocutores se sienten con la total confianza para abrirse y sincerarse sintiéndose valorados porque escuchamos atentamente todo lo que nos tengan que decir. Esto genera un efecto tranquilizante y facilita que se eliminen tensiones.
¿O no nos sentimos bien cuando acudimos a algún amigo/a o familiar y éste escucha atentamente lo que le queramos compartir, simplemente escuchándonos sin la necesidad de que nos dé ninguna respuesta o solución?
Vivimos en un mundo diverso pero todos/as tenemos derecho a ser escuchados.
Para poder llevarlo a cabo de una manera correcta tenemos que tener en cuenta una serie de pautas:
- Escuchar con paciencia. La persona se merece toda nuestra atención. Por ello, debemos dedicarle el tiempo necesario para que se exprese libremente. Hay que tener en cuenta que no todas las personas empleamos el habla para comunicarnos. Por ello, si esta persona hace uso de pictogramas o un tablero de comunicación deberemos facilitárselo. O si en el caso de presentar un habla con diferente ritmo, deberemos respetarlo y permitir que se exprese facilitándole el tiempo que sea necesario para ello.
- Mantener contacto visual. Al mantener contacto visual, estamos dándole a entender que tenemos ese vínculo abierto y que le concedemos toda nuestra atención. Esta mirada es conveniente que sea al mismo nivel y no dándose un desnivel generando una desigualdad entre ambos (Superioridad -si le miramos desde arriba- o Inferioridad – si le miramos desde abajo). Por ese motivo, sería interesante que si nuestro interlocutor va en silla de ruedas, nos colocásemos a su altura: agachándonos o incluso, acercando una silla para sentarnos nosotros/as también. Incluso, si la persona hace uso de apoyos comunicativos, hacer alternancia entre observación del sistema alternativo como contacto visual con ella.
- Centrarse en lo que está contando sin pensar en otra cosa. Dar toda nuestra atención implica centrarnos en su discurso y no pensar en otros aspectos, evitando adelantarnos y pensar posibles explicaciones o soluciones a lo que nos está contando.
- Intentar comprender lo que nos está expresando poniéndonos en su lugar. Aquí entra en juego otro aspecto importante que es: La Empatía. Ésta es la capacidad para percibir lo que siente la otra persona, saliéndonos de nuestra visión y poniéndonos “en sus zapatos”. Lo que implica reconocer y comprender sus pensamientos y deseos desde su propia perspectiva y dando así todo nuestro apoyo a lo expresado.
- Evitar interrumpir constantemente. A veces tenemos la tendencia, sobre todo si tiene un ritmo de habla más lento, a interrumpir a nuestro emisor para acabar por él las palabras. Debemos evitar esto. Dejemos que acabe, que se exprese tomándose el tiempo necesario, siendo dueño de sus palabras y así evitar que se convierta en una comunicación unilateral, convirtiéndonos en los emisores de sus palabras.
- Dar feedback de su mensaje. Es una forma de hacerle llegar al emisor lo que estamos entendiendo de su mensaje. Para ello, podemos:
1. Afirmar con la cabeza o emplear alguna coletilla (“..” “Entiendo…”…);
2. Si emplea un sistema aumentativo de comunicación, podemos ir diciendo en voz alta lo que nos está señalando para que nos confirme o no si estamos entiendo correctamente su mensaje;
3. Hacer un pequeño resumen de sus palabras;
4. Preguntar acerca de algo. Así podemos asegurarnos si lo hemos entendido bien. Debemos atender tanto a su lenguaje verbal (sus palabras) y su lenguaje no verbal (si mueve la cabeza o los ojos para confirmarnos o negarnos).
Una habilidad que podemos y debemos entrenar
Escuchar activamente no resulta tarea fácil y conlleva su práctica y dedicación. Muchas veces podemos tender a caer en una serie de errores como: no prestar toda la atención y tiempo necesario; cambiar de tema; no empatizar; interrumpir; quitar importancia, desaprobar o ironizar; quitar la razón sin haber escuchado todo el mensaje; tratar de adivinar; dar soluciones o aconsejar sin que nos lo hayan pedido…entre otras. Cuando lo que la otra persona busca al dirigirse a nosotros/as es únicamente un apoyo y alguien con quién desahogarse o compartir algo.
Por ello, os invito a poner en práctica todo lo comentado y así hacer una correcta escucha y vuestras relaciones tanto personales como profesionales, mejorarán.
Noelia Rodríguez, Psicóloga de la Fundación Ana Valdivia